A Pedro Hernández
CUENTEROS, CUENTACHISTES Y REPENTISTAS
A Pedro Hernández
En sociedades milenarias como la china, la coreana, la vietnamita y la japonesa, ha existido la tradición de los relatos orales basados en los clásicos. Shan Tianfang, el mas famoso "cuentacuentos" chino falleció el martes 11 de septiembre de 2018 en Beijing a la edad de 84 años, nos informa El Espectador. Shan "pasó medio siglo subido a los escenarios relatando versiones dramatizadas de la literatura china y ganó especial fama cuando sus historias fueron emitidas por la radio y la televisión".
Los narradores orales han constituido un patrimonio invaluable en todas las sociedades. De sus labios se desprenden relatos en los que se entrelazan las tradiciones y los cruces culturales, construyendo de esta manera la riqueza literaria oral que al igual que los ríos, viaja y atraviesa paisajes distintos.
Admiro a los narradores orales. Poseedores de los secretos propios de los encantadores de serpientes, nos embelesan con historias en las que el suspenso, el miedo y las hipérboles recrean mundos misteriosos, densos.
Los rivales de los cuentacuentos o cuenteros son los cuentachistes. El cuentero teje historias, recrea el momento, establece los contextos; el cuentachistes verbaliza sin descanso una sarta de chistes que son el deleite en todas las ocasiones. Al igual que la verdolaga, el chiste surge y se propaga sin descanso y no existe antídoto para controlarlo. Sin embargo, en muchos casos son misóginos, racistas y desprovistos de poesía. No desconozco el valor del chiste; por el contrario, lo considero una suerte de haiku de la ironía, acto creativo de la brevedad y la chispa.
Son pocos los cuenteros o narradores orales. Se requiere ingenio, oportunidad y sentido narrativo, amén del manejo del suspenso y el conflicto. En sociedades desarrolladas, han sido reemplazados por los comediantes stand up. De los espacios caseros y cotidianos, al escenario del teatro, del bar.
En todas las sociedades existen los repentistas, personas con la facultad para crear en el momento oportuno apuntes, historias ingeniosas y divertidas, crónica jocosa de los devenires de una comunidad. Sus cerebros poseen el don de la velocidad y el ingenio, los dos recursos invaluables para crear historias amenas y jocosas. Pepe Serrano encarnó al narrador oral y repentista mas importante de Guaduas, ejemplo de una proverbial vena humorística, adobada con dosis letales de ironía e ingenio y sustentada en la posesión de una memoria cercana a la Funes, el personaje del cuento de Borges.
En mi pueblo, Pedro hernández es el sensei de los narradores orales por obra y gracia del don infinito de sus palabras, siempre dispuestas para la ocasión. Esperamos condecorarlo con la lengua de plata en grado máximo, pues gracias a su ingenio consumimos todos los días la dosis personal para reírnos sin tasa ni medida, alegrar los corazones y disfrutar de la ironía y la picardía que brota de su mente creativa.
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