MODA QUE NO PASA DE MODA
Cuando recorro lugares nuevos, observo a las personas en su diario transcurrir y me deleito con los ritmos y las modas que muchas veces se deslindan de la corriente dominante. Observo, por ejemplo, la permanencia de modas ya idas: el camaján setentero de Cali, con sus pantalones y zapatos blancos, camisa sicodélica y gorra blanca; el hippie, reclamando su puesto en la marejada de la séptima en Bogotá; la mujer con boina, bufanda y falda larga, eco tropical del mayo 68 de París. En la décima, aturdido por el ruido implacable de los vehículos, un hombre de ruana y sombrero. Diversidad y libertad. A su lado, las tendencias del momento, la moda que se exhibe fresca.
Johanna Rizo publicó en el New York Times publicó un artículo, acompañado por fotografías de diversos autores sobre moda del mundo, la que posee "siglos de tradición y no pasa de moda cuando cambian las estaciones: el atrevido bordado de los Maasai en el Serengeti, los interminables pliegues de un manto tuareg azul brillante en el Sahara, una falda escocesa".
Colombia, país diverso en culturas, ofrece una gama amplia de trajes y accesorios, que al igual que aquellos de África, Asia y demás regiones del planeta, comportan sentidos vinculados a las tradiciones y ritualidades de geografías atravesadas por multiplicidad de culturas.
Que no se pierda nunca el tapete florido de la moda sin pasarela.
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