ZULIMA
Recuerdo a Romy Schneider en una película- cuyo título olvidé-en la que despliega la elegancia y la belleza que poseía a montones. Su manera de caminar, la sutileza de los movimientos que convierten el paso de una mujer en un acto de encantamiento, la delicadeza de los gestos, la sutil coquetería transformaban su actuación en la pantalla en un acto de provocación, un acontecimiento inesperado que trastorna el ritmo normal de la calle. Habría que proponer en los planteles educativos lo que era costumbre en la corte china, clases de movimiento para enseñar a las chicas a caminar con elegancia. Nada más hermoso que una mujer cuyo andar es una lección magistral de poesía en movimiento. Digo todo esto porque en Guaduas conozco a una mujer que posee la riqueza corporal espléndida en el andar: ZULIMA.
Yo le digo por molestarla que es mi alemana favorita. Y como trabaja conmigo en el Samper, tengo la dicha de verla todos los días vestida de manera fina y exquisita, con el gusto y el conocimiento que le permiten lograr resultados esplendentes. Sus vestidos y faldas son un deleite visual, una elaboración de alta precisión con la que adorna las tardes del Samper.
Zulima es profesora de castellano-excelente profesora-.Trabajó en La Paz de Calamoima, y allí con Pedrito, su esposo, ejercieron un magisterio intelectual y afectivo al punto de causar una conmoción pública el día que se mudaron a Guaduas. Ama su trabajo, es una buena conocedora de la literatura y participa en actividades y proyectos culturales como el programa radial "La ceiba de la memoria" y la Semana de la Ciencia y la cultura Samperina.
Practica Zulima un arte popular, la copla, con gracia y elegancia. Poseedora de un ingenio especial, teje con sutileza las palabras rimadas que describen personajes, situaciones y eventos de nuestro pueblo. Y declaro que tiene una voz muy bella, con la que suele sorprendernos a ratos, cuando el sol de la tarde cae y los contertulios deciden dar rienda suelta a sus dotes líricas. Otra virtud de Zuli es la cocina, en la cual destaca como exquisita componedora de viandas-el pollo relleno es una gloria en sus manos, aunque debo denunciarla públicamente porque hace ya tres años me prometió uno que hasta el momento no he recibido-.
Enamorada de su Pedrito, soporta con estoicismo las bromas de sus amigos que "le friegan la vida" de vez en cuando. Y como buena compañera, le carga al marido las botellitas de whisky que él bebe con deleite mientras desgaja el sartal de cuentos y relatos que lo han convertido en el contertulio más agradable de las reuniones de amigos.
Su pasión extrema son sus hijos Oscar, Alejandro y Andrés, chicos destacados, dos de ellos estudiantes de ingeniería química en la UN y el otro, ingeniero ambiental. Creo que parte de las cosas que he contado de zuly obedecen a la circunstancia de tener cuatro hombres que la adoran y consienten hasta el punto de haberla vuelto pechichona.
Leo a Hitchens y encuentro una frase que me conmociona:..Es una sólida lección sobre las limitaciones propias darte cuenta de que tu corazón va por ahí, dentro del corazón de otra persona. A veces conversamos con Zuly sobre los hijos y pienso que lo que plantea el escritor inglés define de manera acertada la ambivalencia presente en el amor por los vástagos: esa sensación dolorosa que produce pensar en el día en que no seamos más y la bella comprobación de que el amor filial está ahí.
Basho, ese poeta excepcional, escribió:
¿De qué árbol en flor? No sé, ¡ pero qué perfume!
Yo sí conozco ese árbol y disfruto cada día el perfume de la amistad que me brinda Zulima.
La primera foto que adorna este post tiene como protagonistas a mis amigas y colegas del Samper: de izquierda a derecha, Marcela, Olga, Marina, Zulima y Fanny.Faltó Dianita, caramba, llegó tarde a la foto.