CAPERUCITA ROJA EN TIEMPOS POSMODERNOS
¿Existen los niños? Veo en un noticiero de la televisión que un joven de 18 años, en compañía de dos menores de 10, extorsionaron a un ciudadano. El juez ordenó entregar los chicos a sus padres por considerar que a estas edades los niños no son responsables de sus actos. Cada día nos enteramos por diversas fuentes de situaciones delictivas en las que se ven involucrados menores de edad. Muchos de ellos se desempeñan en labores propias de adultos. Crece el número de niñas embarazadas y aumenta la cifra de niños vinculados a la prostitución infantil. Un panorama desolador.
Hace poco leí argumentos en pro y en contra de los cuentos de hadas. Un corriente considera que historias como Caperucita Roja, Hansel y Gretel, La Cenicienta y muchas más estimulan valores negativos: asesinatos, odios extremos, infanticidios, envidias, celos. ¿Qué sentido tiene promover la lectura de relatos en los que se despliega tanta maldad? En sociedades en las que el respeto a la vida, la solidaridad, la honradez pierden terreno - dicen esos críticos- las historias infantiles deben apuntar al fortalecimiento de valores que dignifiquen al ser humano. Mejor prender el televisor.
Nos la pasamos simulando que habitamos en mundos en los que los niños poseen dosis abundantes de inocencia que hay que proteger y nos hacemos los de la vista gorda ante el empuje de experiencias que ofrecen los medios de comunicación y el internet. Las fronteras de mantequilla que se trazan para separar los mundos del adulto y la niñez ignoran las experiencias mediáticas que proponen escenarios violentos e historias en las que la codicia y el sexo dan sentido a los relatos. Aludo a los medios tecnológicos por ser mediadores en los procesos de recepción en la vida cotidiana de los niños. ¡Qué tal que se mencionaran las historias sin adornos que se viven a diario, violaciones, asesinatos, violencia gratuita, corrupción, violencia intrafamiliar!
El consumo define a las sociedades contemporáneas. Éste define la ciudadanía y los criterios para el desarrollo de políticas de estado, hasta convertir en oferta y demanda bienes considerados hasta hace poco patrimonio de la humanidad. En este contexto, las conquistas sociales han sido arrasadas por políticas privatizadoras, ajenas a las necesidades y los derechos ciudadanos. De tal forma, las estrategias de consumo han identificado el mundo infantil y juvenil como un nicho rentable.
Si miramos lo que se entendía por infancia y adolescencia hace 30 años con lo que vivimos en nuestro tiempo, descubrimos que la tradición-la que heredaba hasta la ropa- ha sido reemplazada por una república independiente-la de los niños y jóvenes- que por manes de la tecnología y la globalización encuentran en el presente continuo la manera en que se construye su identidad y representación. Adiós a las costumbres heredadas, adiós al ejemplo adulto. Esta categoría no tiene cabida en el escenario de las representaciones mediáticas. Lo joven impone su dinámica y los adultos terminan luchando contra el paso inexorable de los años, así que cirugías, pastillas y tratamientos están a la orden del día para pertenecer al reino de la eternamente joven.
En sociedades como la nuestra, en las que las desigualdades sociales son el pan de cada día, aprenden los menores de edad a sobrevivir en un mundo en el que impera la ley de la selva. La participación en la economía informal, el ingreso a grupos delictivos, la violencia "gratuita" que se estila por cuenta de la adherencia a tribus urbanas, la conformación de pandillas, los nexos con grupos delictivos nos hacen pensar que las categorías que manejamos en relación con estos universos requieren un replanteo radical. Nada más fácil e inefectivo que ofrecer más pie de fuerza, cuando de lo que se trata es de reducir la pobreza con políticas de inclusión que ofrezcan oportunidades de progreso a los niños y jóvenes.
La educación y la familia, dos instituciones intocables, son cuestionadas por los cambios que se han producido en los últimos 20 años. A la primera la comparo con un convento medieval en medio de una autopista. La segunda, ha sufrido las transformaciones más radicales, por lo que conviene hablar de familias: toda la gama de posibilidades, hijos que viven con su mamá, otros con el papá, unos con tíos y abuelos, otros con madrastras y padrastros. El matrimonio como institución se adapta a los tiempos que corren- fertilización en vitro, vientres alquilados, matrimonios gays, renacimiento de la poligamia, liberación de las costumbres sexuales, rechazo femenino al matrimonio,sexo virtual, swinging, striptease masculino, escorts, divorcios express, etc, etc- a pesar de la oposición de la iglesia, tan cómoda en sus posturas y tan amiga del status quo.
No existe, en mi opinión, una experiencia sensible más hermosa que la ternura de un niño. Esa calidez sin pausa, la espontaneidad que brota plena, la entrega sin condiciones a los seres que ama, la alegría que cual bandada de aves irrumpe sin aviso en la mañana. La sociedad contemporánea, que está hecha para la crueldad y la injusticia, nos vende imágenes asépticas del mundo infantil, niños felices que ríen sin pausa ante las infinitas ofertas del consumo. Me parece que la comprensión de su mundo demanda actitudes nuevas cuyo primer requisito consiste en reconocer que los adultos somos farsantes.
Hola profe Daguito!!!, le felicito por sacar un espacio en tu Blog para los niños, y aprovecho para invitar a todo el pueblo colombiano que nos unamos en oracion y hacer un clamor para que el señor Jesus tenga misericordia de nuestros pequeños!!!, hemos visto con frecuencia que el enemigo esta atacando al futuro de nuestro pais y del mundo entero!!!
ResponderEliminarHola profe Daguito!!!, le felicito por sacar un espacio en tu Blog para los niños, y aprovecho para invitar a todo el pueblo colombiano que nos unamos en oracion y hacer un clamor para que el señor Jesus tenga misericordia de nuestros pequeños!!!, hemos visto con frecuencia que el enemigo esta atacando al futuro de nuestro pais y del mundo entero!!!
ResponderEliminarLic. Dago, me encantó este post. Tiene todo "de verdad". En ésta época es un acontecimiento encontrar a un niño ingenuo o al menos con un poquito de encantadora timidez...
ResponderEliminarPaola
Profe Dago me encanto leer su post.Usted es un gran literato, un gran maestro, una gran persona, un ejemplo a seguir;por profesionales como usted es que vale la pena apostarle a la educación en este país, por personas como usted es que uno toma desiciones tan importantes en la vida como ser docente Gracias.
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