Se dice: la patria es la infancia. Virginia Mendoza afirma en su libro "Sed":" La patria está allí donde llueve". Bastó apenas un mes sin lluvias en Colombia para sentir y sufrir la ausencia del agua. Cosechas arruinadas, sequía, incendios, daños en flora y fauna, enfermedades, contaminación, recortes de agua, temperaturas elevadas.
La sed se adivina en nuestro futuro y, para algunos, ya es el presente. Según un informe de la ONU, la ausencia de agua ha matado a 650.000 personas en los últimos cincuenta años y se calcula que ha provocado setecientos millones de desplazamientos en 2023. La autora dice que pertenece a una generación que intuye que tendrá que abandonar ciertas partes de España por el riesgo de desertificación. Los problemas son conocidos: el descontrol del regadío, la sobreexplotación de acuíferos, el uso intensivo para viejos usos, como la ganadería, o nuevos, como los centros de datos. Todos estos factores se unen a un cambio climático que provocará sequías cada vez más intensas y prolongadas. Tendremos que movernos otra vez porque la patria está allí donde llueve. (la sed, cuando la patria es allí donde llueve, entrevista a Virginia Mendoza, por Jorge Dioni. El País).
Buena parte de los movimientos y el éxodo mundiales estarán determinados por la pérdida de fuentes de agua y muy seguramente habrá guerras ocasionadas por la disputa del precioso líquido. "Si el agua es el origen de la vida, su ausencia es lo que ha condicionado el movimiento. Está detrás de nuestra evolución, de las migraciones...".
Escribe Wade Davis :" para ellos(los mamos de la Sierra nevada de Santa Marta) esto era la verdadera medida de un pueblo: la relación de cuidado y respeto que tenían por un cuerpo de agua que les daba vida"(libro "Río Magdalena: territorios posibles".
Valdría la pena preguntarnos sobre nuestra relación con las fuentes de agua que hacen posible nuestra existencia. Y lo que debemos hacer para conservarlas.