LO ANTIGUO ES BELLO
Camino por el centro histórico de Honda, con sus empedrados magníficos, los callejones angostos con casas de uno y dos pisos a lado y lado y la vista sorprendente de la topografía mágica de puentes y ríos, con la presencia arrebatadora del río Magdalena. Un paisaje formidable, de los mas hermosos de Colombia.
Hace pocos años, este lugar presagiaba ruina. Hoy está precioso, con fachadas renovadas y calles limpias, que invitan a recorrerlas. Hay negocios antiguos-una farmacia como se estilaba a mediados del siglo pasado- y la brisa que refresca la caminata. Veo un hotel boutique y asomo el hocico para fisgonear el interior de una casa renovada en su interior, con piscina y decoración sofisticadas, lo que me hace pensar que muchas de estas viviendas han sido adquiridas por personas pudientes. Ni mas ni menos que un proceso de gentrificación capaz de transformar la vida social de una comunidad raizal.
Manuel Ibarra es un peluquero dueño de su negocio en una casona de la colonia Roma en ciudad de México- donde se escenificó la película Roma, ganadora de un Oscar a mejor película -.Tiene 80 años y está a punto de ser expulsado de su negocio, pues la dueña del edificio donde funciona la peluquería Ibarra la vendió a una agencia y esta, ni corta ni perezosa, le subió la renta a 500 euros.
Cuando empezó, con 15 años, a ayudar a su padre en la peluquería aún había escupideras en las esquinas para que los clientes se sintieran a gusto mientras fumaban sus habanos. Hoy todavía queda alguna herrería o zapatería antigua en la Roma, pero los nuevos vecinos son una panadería artesanal, una tienda de cómics de culto europeos y un bar de desayunos japoneses y vinos naturales a nueve euros la copa, el doble que un corte de pelo en la Ibarra (El último "cowboy"del barrio de moda en México, David Marcial Pérez, El País).
Los procesos urbanísticos actuales tienden a favorecer a sectores con una alta capacidad de ingresos, así que se construye para grupos privilegiados, con el consecuente efecto de desplazar a los habitantes tradicionales. Así ha ocurrido con el barrio Getsemaní en Cartagena, otrora barrio de pescadores, hoy zona turística con hoteles, restaurantes, bares, discotecas y viviendas lujosas habitadas por familias y comerciantes provenientes de diversos lugares de Colombia y del mundo.
Desde mi óptica romántica, sueño con ver a Guaduas en un desarrollo armónico, con amplias zonas rurales protegidas del interés de urbanizadores ávidos de convertir el hermoso valle de Guaduas en grandes parcelas para compradores ricos, ajenos al devenir de una comunidad que se precia de su tradición.
Hay esperanzas:
La cruzada de Manuel Ibarra ha despertado la solidaridad de algunos jóvenes. Por su cumpleaños, una heladería del barrio le regaló cien paletas para que las vendiera en su local. "Cuando ves que a los jóvenes les importa esto, se siente bonito. Dices: "¿Qué suave, ¿no? (El País).
Si maestro uno quisiera...se cuide la arquitectura y se mantenga, pero los gobiernos locales noson consecuentes y no "se inventan incentivos" para propietarios de predios del centro histórico de La Villa de Guaduas, están más prestos a la represión que al diálogo. A hacer cumplir"la norma"en forma draconiana por temporadas...cuando vienen entidades nacionales a supervisar...ademas hay personas que se creen dueños de la historia y la cultura solo para hacerse sentir indispensables...prestos a la caceria de la contratación...por ejemplo: la junta de patrimonio de Guaduas según la Ley tiene en forma Vitalicia al Presidente del Centro de Historia...persona que realmente no va a tener una comunicación directa con habitantes, residentes y propietarios de viviendas y comercio del centro histórico...en son algunas reflexiones que me hace tener su publicación. Gracias! A mil.
ResponderEliminar.