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sábado, 18 de mayo de 2019


CANCIONES QUE SON LA VIDA

"No he visto el mar/mis ojos horadantes/ fantásticas luciérnagas/ mis ojos avizores entre la noche; dueños de la estrellada comba; de los astrales mundos;/ mis ojos errabundos/ familiares del hórrido vértigo del abismo; /mis ojos acerados de viking, oteantes/ mis ojos vagabundos/no han visto el mar.
(Balada del mar no visto, León de Greiff).

Así conocí por primera vez el mar.En los versos de De Greiff, tan errabundos y llenos de sutilezas. Luego, fue la voz de Joan Manuel Serrat la que me habló de otro mar,  el Mediterráneo:

En la ladera de un monte/ mas alto que el horizonte/ quiero tener buena vista/ mi cuerpo será camino/ le daré verde a los pinos/y amarillo a la genista. 
Cerca del mar/ porque yo/ nací en el mediterráneo.


Así llenaba de sueños mis días, de la voz y los versos de artistas que se han quedado en mi corazón.

Por ejemplo, Charles Aznavour y una canción que define una época llena de anhelos y locuras:

Bohemia de París/ alegre loca y gris/ de un tiempo ya pasado/ en donde en un desván/ con traje de cancán / posabas para mí/ y yo con devoción pintaba con pasión tu cuerpo fatigado/ hasta el amanecer/ a veces sin comer / y siempre sin dormir. La bohemia/ la bohemia/ era el amor/ felicidad...
(La bohemia).

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Así es. La música, esa maestra placentera que nos muestra el lado sorprendente de la vida. Alberto Cortéz nos definió qué es la amistad:

Un barco frágil de papel/ parece a veces la amistad/ pero jamás puede con él/ la mas violenta tempestad/ porque ese barco de papel/tiene aferrado a su timón por capitán y timonel/ un corazón.
(A mis  amigos)
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Ojalá pudiéramos andar con el sonido gratificante de las canciones, que   nuestros pasos estuvieran marcados por el paisaje tentador y cambiante de ritmos que nos transportan a mundos posibles, deseados. Nada mejor que recordar los versos de Alberto Cortez:

Me gusta el sol y la mujer cuando llora/ las golondrinas y las malas señoras/ saltar balcones y abrir las ventanas/ y las muchachas en abril

Me gusta el vino tanto como las flores/ y los amantes pero no los señores/ me encanta ser amigo de los ladrones/ y las canciones en francés.
Me gusta estar tirado siempre en la arena/ y en bicicleta perseguir a Manuela.
(No soy de aquí, no soy de allá).


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¿Y qué decir cuando a la luz de la mañana la sucede la penumbra y el corazón se angosta y aparece la tusa? Con las canciones de amores frustrados podríamos construir un camino hasta marte, que las penas abundan y anegan el alma y el papel ( y las pantallas). Entonces estos versos de Mi noche triste, de Carlos Gardel:

De noche cuando me acuesto/ no puedo cerrar la puerta/ porque dejándola abierta/ me hago ilusión  que volvés

Dejo la soledad y la angustia, abro las ventanas para que entre la luz radiante de la mañana y le canto a mi morenita (aunque hoy está monita):

Morenita de mi amor/ ven y alíviame las penas/ morenita de mi amor/ ven termina mi condena/ yo tuve un sueño contigo/ que en mi regazo tú estabas/ en mi pequeño bohío/ allá te espero mi reina/con el cantar del sinsonte/ y junto a la luna llena (Morenita, orquesta Mágica de cuba).

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Areta Franklin, la dama del soul y el gospel es mi última invitada  a esta sesión nostálgica de la música como estimulante para vivir. En su canción"killing me softly with his song" (matándome suavemente con su canción),devela de manera sencilla y profunda la razón por la cual no podemos existir sin la música:

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Removiendo mi dolor con sus dedos, cantando mi vida con sus palabras/matándome suavemente con su canción/ contando toda mi vida con sus palabras/matándome suavemente con su canción.
Me dijeron que cantaba una buena canción/ que la cantaba con su estilo/ así que vine a ver y escucharlo un rato./Y ahí estaba él, como un jovencito / un tanto extraño a mis ojos.
Me sonrojé tanto hasta sentir fiebre/ avergonzada entre el público/parecía haber encontrado mis cartas/ y que las leía en voz alta./ Pedí a Dios que acabara por fin/ pero él seguía con ello.
Removiendo mi dolor con sus dedos/ cantando....
Cantaba como si me conociera/ en todas mis penurias. / y luego miró justo a través mío/ como si  yo no estuviera presente.
Removiendo mi dolor ...

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