AMÉLIE NOTHOMB: ESTUPOR Y TEMBLORES
Fue María Teresa quien mencionó a Amélie Nothomb. Una noche en que conversábamos sobre Muriel Barbery, de la pasión por lo japonés. Ella me habló de la otra mirada, diferente, crítica de un mundo, según ella, idealizado. Y prometió regalarme el libro de Amélie Nothomb, ESTUPOR Y TEMBLORES.
Acomodado en mi hamaca, comencé a leerlo y a medida que transcurría la lectura, me sentí como se supone debían presentarse los japoneses ante el Emperador: con estupor y temblores. Amélie, una joven belga, comienza a trabajar en una importante empresa japonesa, Yumimoto. " El señor Haneda era el superior del señor Omochi, que era el superior del señor Saito, que era el superior de la señorita Mori, que era mi superiora. Y yo no era superiora de nadie".
Acomodado en mi hamaca, comencé a leerlo y a medida que transcurría la lectura, me sentí como se supone debían presentarse los japoneses ante el Emperador: con estupor y temblores. Amélie, una joven belga, comienza a trabajar en una importante empresa japonesa, Yumimoto. " El señor Haneda era el superior del señor Omochi, que era el superior del señor Saito, que era el superior de la señorita Mori, que era mi superiora. Y yo no era superiora de nadie".
Su primer oficio, escribir una carta:
"el ejercicio me pareció fácil.Me senté y redacté una carta cordial:el señor Saito se mostraba encantado con la idea de jugar al golf el próximo domingo con el señor Johnson y le transmitía sus más cordiales saludos. Se la llevé al superior.
El señor Saito leyó mi trabajo, soltó un despectivo chillido y la rompió.
-Repítala.
Amélie escribe la carta muchas veces con igual resultado: ¡repítala!. Luego, se dedica a llevar el café a sus jefes. Hasta que un día, el vicepresidente recibe a la delegación de una firma importante. Ella debe llevar café para veinte, y lo hace con tal dedicación, como si se tratara de la ceremonia del té. Este hecho causó un terremoto y una reprimenda del señor Saito:! Ha indispuesto profundamente a la delegación amiga! !Ha servido usted el té utilizando fórmulas que sugerían que sabía hablar perfectamente japonés! y le prohiben hablar japonés.
De allí se desencadenan una serie de situaciones absurdas y humillantes para Amélie, quien termina aseando los baños masculinos. Historia autobiográfica que muestra la rigidez de las jerarquías en Japón, su desprecio y prepotencia hacia los occidentales.
Invito a los amigos blogueros a leer esta breve novela, cuya trama, aunque sencilla, agarra al lector y le devela un mundo enrevesado, exótico y rígido.
Invito a los amigos blogueros a leer esta breve novela, cuya trama, aunque sencilla, agarra al lector y le devela un mundo enrevesado, exótico y rígido.